Los datos publicados por el periódico proceden de un documento interno realizado por los servicios de Educación Nacional en 2016, y que reunió información de un tercio de los centros educativos de todo el país, públicos y privados, sobre el uso del peligroso material en las estructuras de los edificios.
De las construcciones anteriores a 1997, fecha en que se prohibió el amianto en Francia, este componente aparece en techos, tuberías o baldosas en el 80 por ciento de los liceos profesionales, en el 77 por ciento de los liceos generales y tecnológicos, en el 73 por ciento de las escuelas de secunadaria y en el 38 por ciento de las escuelas.
De acuerdo con los datos oficiales, al menos 20 docentes y personal escolar contraen anualmente mesotelioma pleural, cáncer de asbesto, una enfermedad que puede tardar en aparecer hasta treinta o cuarenta años después de la exposición, y que para 2025 podría causar 100 mil muertes en Francia, en su mayoría extrabajadores de la industria.
El peligro de las escuelas señaladas en el informe es que con el paso del tiempo y el deterioro de los edificios aumenta el riesgo de exposición al asbesto, y también cuando se realizan pequeños trabajos sin precaución.
Por tal motivo el presidente de Andeva, la principal asociación de víctimas de asbesto, Alain Bobbio, pidió a las autoridades “que se apliquen las medidas de precaución previstas en la ley” y se verifique que ni maestros ni estudiantes se encuentran expuestos a la contaminación por asbesto.
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