“La Covid-19 podría anular décadas de progresos para poner fin a las muertes infantiles prevenibles”, advierte este miércoles un comunicado divulgado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cual resalta que el número de muertes de menores de cinco años alcanzó su nivel más bajo en 2019, cuando disminuyó de 12,5 millones de 1990 a 5,2 millones.
Sin embargo, estudios recientes de la OMS y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señalan que desde entonces se reportan interrupciones en los servicios de salud debido a la situación epidemiológica actual.
Afganistán, Bolivia, Camerún, Libia, Madagascar, Pakistán, la República Centroafricana, Sudán y Yemen son algunos de los países más afectados, precisan esos organismos internacionales.
Por ejemplo, se afectaron los reconocimientos médicos, la administración de vacunas y la atención prenatal y posnatal por la limitación de recursos y el miedo al contagio con el coronavirus.
“Si no se invierte cuanto antes en reanudar los sistemas y servicios de salud que se han interrumpido, millones de niños menores de cinco años, y sobre todo los recién nacidos, podrían morir”, afirma Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef.
Según señaló, en ocasiones los pequeños no pueden acceder a los servicios de salud debido a la sobrecarga del sistema, o las mujeres temen dar a luz en hospitales por miedo a infectarse, lo cual los convierte también en víctimas de la Covid-19.
En los últimos 30 años, los servicios de salud destinados a prevenir o tratar las causas de las muertes infantiles (entre ellas partos prematuros, insuficiencia ponderal al nacer, complicaciones durante el parto, sepsis neonatal, neumonía, diarrea y malaria), así como las vacunas, permitieron salvar la vida de millones de niños.
Por su parte, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, añadió que es el momento de salvar vidas y seguir invirtiendo en sistemas de salud más fuertes y resilientes.
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