Dulce, amargo, cocido, saborizado, desde los niños hasta los más ancianos llevan impregnados en su cultura esta costumbre popular y de gran significado en esta nación austral y reverencian a una yerba que se remontan a los nativos guaraníes.
Quien llega a esta tierra sureña no puede escapar de tomar mate y, aunque haya una fiesta o celebración, no hay argentino que se desprenda de su singular set matero con el que va y viene a todas horas.
Más que beberlo, compartirlo con el otro es quizás el mayor significado. La bombilla (un tubito o sorbete de metal o caña utilizado para beber la infusión) va de boca en boca en centros de trabajos, reuniones familiares, charlas.
Mañana aquí es el Día Nacional del Mate y desde hoy los mensajes se suceden en la red social twitter para celebrarlo.
Mientras, en varios sitios en internet algunos aprovechan la ocasión para detallar mitos sobre las costumbres de esta bebida nacional, otros brindan claves sobre cómo preparar esta infusión de manera correcta que, entre otras cosas, controla el colesterol y permite bajar de peso.
Para los argentinos el mate es símbolo de unión, de encuentro y diálogo con el otro. La fecha para homenajear a esa conocida yerba fue establecida en honor al comandante guaraní Andresito Guazurarí (1778-1821), gobernador de la provincia grande de Misiones de 1815 a 1819, quien fomentó la producción y dio gran impulso a su comercialización.
Según cifras, en el país ocho de cada 10 personas consumen mate, siete de cada 10 lo hacen al menos una vez por día, el 65 por ciento lo toma en compañía de alguien.
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