Algunas de las excepciones previstas alcanzan a tripulaciones de aeronaves, prácticos de buques o choferes afectados al transporte internacional de bienes, mercaderías, correspondencia, insumos y ayuda humanitaria y sanitaria.
También incluyen a diplomáticos acreditados ante el gobierno uruguayo o ante organismos internacionales con sede en el país y a extranjeros que se beneficien del corredor humanitario o sanitario establecido para el embarque o desembarque de cruceros, buques y aviones.
Esta fue la tercera flexibilización de las medidas establecidas desde mediados de diciembre frente a la pandemia después de extender horarios de bares y restaurantes y la reapertura de espectáculos públicos.
Una inmediata reacción acogedora provino del intendente del departamento de Maldonado, donde radica el balneario de Punta del Este, Enrique Antía, del oficialista Partido Nacional, que propugnó por autorizar además la llegada de argentinos y brasileños con propiedades en este polo turístico.
Para la presidenta de la Cámara de Turismo, Marina Cantera, la reapertura parcial de frontera tampoco ‘mueve la aguja’ y reiteró un previo señalamiento de que el cierre total de las fronteras fue ‘un golpe de gracia’ para la conectividad de aerolíneas internacionales.
Sin embargo el ministro del sector Germán Cardoso discrepó con esa visión aunque reconoció que con turismo interno solamente no se satisfará la demanda de los operadores ni se cubrirá el agujero que deja el faltante fundamental de argentinos y brasileños.
Afirmó que los números que maneja ‘dan un claro resultado de que hubo una cantidad mayor de uruguayos que salieron a hacer turismo con respecto al año anterior’.
Según el primer mandatario, la reapertura parcial de fronteras impondrá un estrecho trabajo de coordinación de los ministerios de Salud Pública, Interior y Defensa respecto al pasaje de las personas autorizadas y a un fortalecimiento para controlar el cumplimiento de cuarentenas sanitarias.
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