Las nuevas cascadas en las centrífugas de 348IR2m con casi cuatro veces la capacidad de IR1 funcionan con éxito en Natanz, dijo el embajador iraní ante las Organizaciones Internacionales en Viena, Kazem Gharibabadi, a través de la red social Twitter citado por la agencia noticiosa oficial IRNA.
El diplomático agregó que dos cascadas de centrífugas IR6 fueron iniciadas en Fordow y precisó que ‘pronto habrá más’, sin proveer detalles.
Tras dilatadas negociaciones la República Islámica de Irán firmó en 2015 el también llamado acuerdo 5+1 con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Rusia, Estados Unidos, China, Reino Unido y Francia, más Alemania, que no integra ese órgano.
Según el acuerdo, Irán acordó eliminar sus reservas de uranio enriquecido medio, disminuir las de uranio enriquecido bajo en 98 por ciento y reducir en dos tercios sus centrifugadoras de gas durante trece años.
Asimismo, en los tres lustros siguientes, Irán solo enriquecería uranio hasta 3,67 por ciento y no construiría ningún reactor nuclear nuevo de agua pesada durante el mismo lapso.
En cambio, Teherán sería aliviado de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de la ONU, pero en 2018 el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, renegó de los compromisos e hizo naufragar el acuerdo.
Ante la presión de Washington y a pesar de persistentes exhortaciones en sentido contrario del país persa, las potencias occidentales incumplieron sus compromisos lo que compelió a Irán a denunciar el PAIC y reanudar el enriquecimiento de material fisionable.
A pesar de ello, Teherán insiste en el carácter civil de sus actividades nucleares y argumenta que existe una fatwa (edicto religioso) de su Guía Supremo, Ayatolá Alí Jamanei, cuya palabra es ley inapelable, la cual prohíbe la fabricación, adquisición o almacenamiento de armas de destrucción masiva.
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