En declaraciones a la cadena RBK, la portavoz de la cancillería, María Zajárova, denunció ‘los intentos de interferir en los asuntos de un Estado soberano’ y de tergiversar los acontecimientos por motivos políticos.
Esta jornada, la Corte del Distrito de Simonovsky, en Moscú, condenó a Navalny a tres años y medio en prisión, al hacer efectiva una sentencia suspendida en 2014.
Según el tribunal, la defensa cuenta con 10 días para apelar y la pena real es de dos años y ocho meses, pues se tiene en cuenta el tiempo que estuvo encarcelado el bloguero.
El 29 de diciembre, la vocera del Comité de Investigaciones de Rusia, Svetlana Petrenko, confirmó que ese organismo reunió pruebas suficientes para acusar por malversación a gran escala a Navalny y a sus colaboradores.
Por tal motivo, el opositor fue arrestado el 17 de enero de este año tras su regreso a esta capital procedente de Alemania, donde se recuperó de un supuesto envenenamiento con una neurotoxina, por lo cual acusó al Gobierno ruso.
El caso avivó una fuerte campaña contra Rusia en Occidente, que incluyó la presentación de este país como una amenaza para la paz en Europa, lo que podría justificar el posible aumento de la presencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca de sus fronteras.
El Kremlin rechaza las acusaciones sobre su supuesta implicación en el caso, así como la utilización de un arma de guerra prohibida por convenios internacionales para, supuestamente, envenenar a Navalny.
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