El vicerrector de esa alta casa de estudios, Magaji Garba, refirió en una conferencia sobre el tema de la inseguridad que los asaltos en la parte septentrional provocaron también el desplazamiento de más de tres millones de comunitarios.
Garba comunicó, asimismo, que los violentos actos perpetrados por los bandoleros dejaron en este país de África subsahariana a numerosas personas sin hogar y sembraron el luto en muchas familias por los crímenes cometidos contra sus parientes.
Tras llamar a las autoridades nacionales a reducir la amenaza de los grupos de bandidos mediante su enfrentamiento, el especialista consideró que la inseguridad aumentó en Nigeria en los últimos tiempos.
Otros ponentes presentes en el foro señalaron la necesidad de que el gobierno y actores sociales contribuyan a crear más empleos y reduzcan los índices de pobreza a nivel comunitario.
Dado que el bandolerismo es un fenómeno social que se descuidó desde hace mucho tiempo, resulta necesario desterrar sus raíces, sostuvo, por su parte, Yahaya Baba, profesor de la Universidad Usman Danfodio, de Sokoto.
La víspera, el presidente del opositor Partido Popular Democrático, Uche Secondus, manifestó su preocupación por la escalada de violencia, el terrorismo y el bandolerismo que asolan a este país. Además de apuntar que este Estado vive una profunda crisis alimentaria por la inseguridad reinante, entre otros factores como la presencia de Covid-19, el representante partidista expresó que ‘cada día nuestra nación sufre asesinatos, secuestros y desenfrenada destrucción, lo cual no podemos permitir’.
En Nigeria son frecuentes los raptos de civiles, violentas acciones que tienen como propósito fundamental obtener recursos financieros a cambio de la liberación de los raptados.
Uno de los últimos asaltos por bandidos ocurrió el pasado día 29 de febrero en el septentrional estado de Kaduna, donde resultaron muertas cuatro personas.
Además de las bandas armadas, en el norte nigeriano, incluidos los estados Borno, Yobe y Katsina, también operan agrupaciones radicales islámicas como Boko Haram y entes escindidos del Estado Islámico, a los cuales combate el Ejército nacional.
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