Desde su portal Déjamelo pensar, la escritora hace énfasis en una reciente noticia sobre la argentina de origen qom Tuyualiya Gea Zamora, graduada de esa institución por donde han desfilado miles y miles de jóvenes de varios países.
La joven salteña había terminado su educación secundaria en 2003 y su madre escribió una carta al líder de la Revolución Fidel Castro y fue aceptada en la ELAM. Hoy es cabeza del equipo que trabaja en su tierra natal con la comunidad qom para paliar la pandemia en una zona a la que sólo ellos decidieron ofrecerse a ir.
En su nota, Russo remarca que los médicos de la ELAM integran las brigadas que desde que empezó la Covid-19 van hacia las zonas más desprotegidas o colapsadas del mundo.
La autora subraya cómo ‘en este tiempo trastocado y delirante, en el que la miseria corporativa de la industria farmacéutica muestra sus fauces, y en el que los Estados de esa zona 1 del mundo parecen incapaces de coordinar esfuerzos y pelean, se sabotean, se rapiñan y se engañan entre sí, Cuba brilla’.
Remarca Russo que los médicos egresados de la ELAM (que forman parte de la Brigada Henry Reeve), están postulados para el Nobel, aunque ese premio no es signo nada más que de un termómetro del clima mundial.
Como fuere, Cuba siempre fue esa reserva, esa perla cultivada, al ayudamemoria de que otro mundo es posible, como decía Fidel, destaca el texto que lleva por título Loa a la ELAM.
La columnista hace referencia al intelectual estadounidense Noam Chomsky en su discurso de la Internacional Progresista, cuando dijo que el único camino para evitar el pandemonium es el internacionalismo. Rusia, dice, hace eso cuando sondea cómo proteger a las poblaciones latinoamericanas sin capacidad de lobby ante lobos como los de Pfizer.
Para la periodista, la ELAM ha hecho tanto por este mismo camino durante tanto tiempo, sus médicos, formados en medio del bloqueo de Estados Unidos a Cuba, han grabado tan a fondo la misión, que es imposible no ver en ellos un extraordinario homenaje al Che Guevara.
car/may
