Ulloa es el primer funcionario del Ejecutivo que expresó su pésame a las víctimas de esta agresión, perpetrada por tres empleados del Ministerio de Salud, quienes enfrentan cargos por delitos de homicidio.
‘Un hecho lamentable al que yo me sumé a condenarlo, y a lamentar y dar mi pésame a las víctimas, y que no tiene nada que ver con la política’, aclaró Ulloa, quien horas antes del crimen afirmó que el país estaba en guerra.
El funcionario se refería a la contienda electoral en El Salvador de cara a los comicios legislativos y municipales del 28 de febrero próximo, y aseguró que sus palabras fueron tergiversadas.
‘Estamos en campaña electoral y estas cosas suceden’, admitió Ulloa, quien espera que tras las elecciones vuelva la discusión y el debate para seguir pensando qué país se quiere construir.
La reacción inicial del presidente, Nayib Bukele, tras el crimen fue sugerir que se trató de un autoatentado con fines electorales, y luego el Ejecutivo comenzó a imponer la narrativa de un supuesto intercambio de disparos.
La actitud de Bukele generó repulsa a nivel nacional e internacional, le recriminaron su falta de empatía con las víctimas y el FMLN achacó el ataque al discuros de odio fomentado por el jefe de Estado.
Hasta la fecha, el mandatario sigue sin solidarizarse con las víctimas ni hacer una condena enfática del crimen.
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