Hasta el momento no hay razón para desechar el inmunizante, según Margaret Harris, vocera del órgano rector de la salud en el mundo, al tiempo que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) informó que entre los efectos colaterales del fármaco, elaborado de conjunto por Suecia y Reino Unido, se encuentran graves alergias.
Harris subrayó que los expertos de la OMS estudian información sobre las reacciones adversas reportadas por varias naciones europeas sin encontrar hasta ahora una relación directa con el inmunizante.
Tenemos en cuenta todas las alertas de seguridad cuando distribuimos las vacunas (…) pero no hay ninguna indicación para no emplear el medicamento de AstraZeneca, declaró a la prensa la funcionaria.
Por su parte, la farmacéutica insistió en que la seguridad del fármaco fue ampliamente estudiada en ensayos clínicos en humanos, y en general fue bien asimilado.
La víspera varios países del viejo continente rechazaron de forma parcial o total el uso de la vacuna tras reportarse reacciones en varios pacientes que incluyen problemas en la coagulación.
Durante una conferencia de prensa en Noruega, Geir Bukholmun, directivo del Instituto Nacional de Salud Pública, declaró que ese país recaba información sobre un hecho acontecido en Dinamarca donde fuentes sanitarias informaron la suspensión del fármaco tras la detección de coágulos de sangre en pacientes inmunizados.
Sin un juicio concluyente que demuestre la relación entre ambos sucesos, el fármaco es analizado además debido al fallecimiento de varios pacientes inoculados, según la prensa local noruega.
Una decisión similar fue anunciada por el gobierno de Austria tras la muerte de una enfermera que padeció trastornos de la coagulación luego de ser inmunizada.
Le siguieron Estonia, Lituania, Letonia y Luxemburgo, pese a una investigación preliminar de la Agencia Europea del Medicamento que desvincula el fármaco con el fallecimiento en Austria.
En ese contexto el canciller austriaco, Sebastian Kurz, acusó a países miembros de la Unión Europea (UE), de concertar ‘contratos secretos’ con laboratorios farmacéuticos, y criticó una repartición desigual de vacunas antiCovid-19.
Esto contradice el objetivo político de la UE de un reparto equitativo, subrayó Kurz ante la prensa austríaca.
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