‘No se puede mantener el mismo ritmo de subvenciones’, dijo, aunque no fijó una fecha para la eliminación total de esa protección financiera.
Wazni explicó que esa política cuesta 500 millones de dólares al mes, seis mil millones al año, de lo cual derivó la decisión de racionalizar y concentrarse en algunos rubros.
Las arcas del Banco Central, añadió, guardan unos 16 mil millones en reservas extranjeras y de estos solo de mil a mil 500 millones pueden usarse para financiar subvenciones, explicó.
Los comentarios del ministro interino coinciden con una sublevación popular masiva causada por la depreciación de casi 90 por ciento de la libra libanesa respecto al dólar estadounidense.
Esa devaluación provocó que nueve de cada 10 libaneses perdiera casi todo su poder adquisitivo, pues al unísono los comerciantes minoristas elevaron los precios a manera de evitar pérdidas.
Desde que en octubre de 2019 estallaron protestas antigubernamentales, la caída del valor de la moneda libanesa hundió a más de la mitad de la población bajo el umbral de la pobreza.
En 202 la tasa de inflación fue de 84 por ciento, pese a acciones estabilizadoras del Banco Central para el trigo, los medicamentos y los combustibles y un trato preferencial a importaciones de 300 alimentos básicos.
Wazni dijo que el Gobierno eliminará los subsidios de la canasta alimentaria y de manera gradual el de la gasolina en las estaciones de servicios, porque la destinada a generar electricidad continuará protegida, apuntó el titular en funciones.
mgt/arc
