De acuerdo con un sondeo de la firma Ipsos para la cadena NOS, dicha formación ocupará alrededor de 35 de los 150 escaños de la Cámara de Representantes, tres más de los obtenidos en 2017, pero insuficientes aún para gobernar en solitario.
Las proyecciones ubican a los Demócratas 66 en segundo lugar con 27 asientos, de manera que desplazarían al ultraderechista Partido para la Libertad que alcanzaría 17 puestos.
Por otra parte, la participación popular en los comicios superó el 80 por ciento y se prevé que 17 de las 37 formaciones políticas que se presentaron cuenten con representación en el parlamento.
Medios locales y analistas auguran un difícil período de negociaciones para la formación de gobierno, lo cual remite a 2017, cuando las conversaciones para establecer una alianza se prolongaron durante siete meses.
Las elecciones fueron convocadas luego de que Rutte presentara su dimisión debido a un escándalo relacionado con acusaciones de presunto fraude contra familias de migrantes.
El 15 de enero de este año, el Ejecutivo en pleno renunció, tras conocerse que el Ministerio de Economía exigió a esas personas la devolución de ayudas vinculadas al cuidado de sus hijos y obligó a muchas de ellas a endeudarse e, incluso, a perder su residencia.
Desde entonces el político liberal-conservador gobernaba de manera interina y se enfrentó a un complejo escenario, marcado por numerosas manifestaciones contra la aplicación de medidas restrictivas para contener la propagación del coronavirus SARS-CoV-2.
En declaraciones a medios de prensa, el sociólogo e investigador Paul Schnabel explicó que, en las condiciones actuales, la renuncia de la administración supuso una salida para evitar un debate parlamentario con la presentación de una moción de censura que iba a perder.
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