En un comunicado remitido a Prensa Latina en Beirut, la Federación de Sindicatos de Agricultores de este país exigió a Aoun, al gobierno y a todos los sectores correspondientes abrir otros mercados y evitar el chantaje del reino saudita.
‘Otros países muestran interés por apoyar a los libaneses y debemos tomar una iniciativa rápida y seria para aprovechar esas oportunidades’, señala el texto.
La nota agrega que las cosechas no se pueden retrasar y someterse a la guillotina de intenciones políticas maliciosas.
Si bien en el pasado Arabia Saudita resultó un importante socio de Líbano, añade, el reino está enfrascado en una lucha regional con Irán y la tensión entre ambos influyó en la política local.
El jefe del sindicato de agricultores en el valle libanés de Bekaa, Ibrahim Tarshishi, aclaró que provenía de Siria el cargamento de granadas dentro del cual la aduana saudita detectó millones de píldoras de captagon, un fuerte estimulante compuesto por anfetaminas y cafeína.
‘No es culpa nuestra. No tenemos absolutamente ninguna relación con esa carga’, dijo Tarshishi y explicó que Líbano no exporta esa fruta desde hace años y ahora es un importador.
Los labriegos de Bekaa remiten cada año más de 50 mil toneladas de productos agrícolas al reino del Golfo y la reciente decisión los arruinará.
A pedido de los agricultores libaneses, el presidente de la República convocó para este lunes a una reunión urgente durante la cual abordará el asunto en busca de una solución que impida la debacle de los granjeros.
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