Con medidas de fuerza que comenzaron la semana última tras la decisión del gobernador porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de avanzar con la presencialidad en las aulas pese al alza de contagios y en detrimento de la orden del Gobierno, los sindicatos apuntan que no bajarán los brazos porque la salud está primero.
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y Ademys (Asociación docente de la Ciudad de Buenos Aires) señalaron que es la vida lo que está en juego y apuntaron contra el jefe de gobierno porteño por hacer política en medio de la pandemia.
‘Frente al negacionismo de un gobierno que actúa desdeñando la salud y la vida en pos de los negocios de unos pocos, la docencia y la comunidad educativa exigen junto al personal de salud la inmediata suspensión de clases presenciales’, señaló la UTE en un comunicado.
El secretario adjunto de ese gremio, Eduardo López, precisó que no habrá clases hasta el viernes en la ciudad si todo sigue igual y definió al Gobierno porteño como ‘negacionista sanitario’.
En tanto desde Ademys, los educadores afiliados señalaron de imperioso disminuir la circulación de personas y señalaron que más de seis mil personas, entre estudiantes, docentes y auxiliares se han contagiado y cuatro docentes fallecieron por el virus.
Con padres que de un lado envían a sus hijos a la escuela y otros que se manifiestan en contra y señalan que prefieren cuidar la salud de sus hogares, la polémica por la presencialidad de las clases se ha mantenido desde la semana última cuando el gobienno porteño desconoció el decreto lo que generó inmediata reacción de los sindicatos educativos.
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