Aoun aludió así a un reciente descubrimiento por aduaneros del reino de un cargamento de 5,3 millones de píldoras de captagon, un fuerte estimulante compuesto por anfetamina y cafeína, camuflado dentro de frutas.
Ese suceso propició la suspensión por Riad de importar productos agrícolas libaneses como resultado de lo cual los granjeros de este país sufrirán pérdidas por un valor de unos 40 millones de dólares.
Según el jefe de Estado, Líbano no será explotado como un punto de cruce para dañar a otros.
‘Nunca aceptaré que seamos un cruce para dañar a los hermanos países árabes, en general, y a Arabia Saudita y el Golfo, en particular’, enfatizó.
Desde este domingo, entró en vigor la prohibición de de entrada de cosechas libanesas en el reino del desierto, aunque las autoridades de Beirut realizan esfuerzos por descubrir lo que ocurrió y volver al camino de antaño.
Al día siguiente, Líbano pidió una reconsideración saudita sobre el caso y sus funcionarios expresaron el compromiso a investigar con rigor cualquier envío de productos.
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