Y es el caso que esa cultura proviene de una fuerte tradición arrastrada por generaciones y vinculada a la caña de azúcar, un producto que enlaza costumbres reflejadas en la pintura, la poesía, la música y la danza como símbolos de dicha industria.
Beber un sorbo de los rones cubanos Santiago de Cuba 500 Aniversario o Cubay Extra Añejo 1870 constituye un placer de dioses, afirmación aglutinadora de la mayoría de bebedores exigentes. Productos Premium (no solo los mencionados) que en estos momentos mantienen la atención de encumbrados entendidos.
Los rones ligeros tienen en Cuba el realce de la modernidad, el abandono de la tafia de los piratas para transformarse en una especie de coñac del trópico, ahora distribuido por todo el planeta.
Su origen insular data de 1862, pero la elaboración de este tipo de bebida se extendió por Panamá, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana, entre otras naciones, aunque indudablemente el cubano es uno de los mejor cotizados a nivel global, según expertos.
PATRIMONIO INMATERIAL DE LA NACIÓN
Un primer elemento que resalta en ese proceso son los expertos: Juan Carlos González (primer Maestro del Ron Cubano al igual que José Pablo Navarro, recientemente fallecido), Manuel Calderón, Asbel Morales, Salomé Alemán, Julio Enrique Ayan, César Augusto Martí y Tranquilino Palencia «Tano», quienes ostentan asimismo la alta categoría.
Estas son figuras básicas de la industria en este sector, y cada Maestro cuenta con un círculo reducido de aprendices a fin de garantizar la continuidad del conocimiento, escuela que como mínimo dura siete años. Sin embargo, se trata de una enseñanza que dura toda la vida, y aún más, varias generaciones.
La escuela del ron no es propiamente una academia, aunque la mayoría de quienes intervienen en ella son universitarios, sino se trata de un proceso donde la espiritualidad tiene mucho que ver.
De hecho, la fórmula propia de cada producto no es lo importante porque al conocerla se puede llegar a un ron genérico, pero para alcanzar la calidad distintiva se debe fabricar en Cuba, con el clima, la tierra y la caña de azúcar de aquí.
Incluso la marca Bacardí intentó en los años de 1920 hacer fábricas en México y Puerto Rico para abaratar los costos y por razones de fiscalidad, pero no pudieron lograr el que hacían en Cuba.
De ahí incluso que fuera declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación debido a los saberes de los maestros del ron cubano y a los espacios fabriles donde se transmiten estos conocimientos.
El argumento de tal reconocimiento está asimismo en que no solo los maestros guardan los secretos de este producto, sino los toneleros o quienes reparan los toneles de roble americano y otros obreros amantes de esta elaboración.
Cuba Ron tiene mil 200 trabajadores que laboran de manera directa en la producción del espirituoso cubano, cifra que se duplica si se tienen en cuenta a quienes trabajan de manera indirecta en diferentes departamentos de centrales azucareros del país.
Es un proceso arduo, similar al del tabaco y los vinos de primera clase pues es necesario fermentar, destilar, transportar la melaza, mezclar varias veces, añejar, reposar -todo ello antes del embotellado-, con la fórmula adecuada en correspondencia con la marca en cuestión.
Ello lleva además a las catas de los trabajadores de la industria para crear un producto novedoso, y confirman estos conocimientos en el Coloquio Científico Técnico Internacional del Ron Cubano que se celebra en la isla todos los años.
CIFRAS QUE HABLAN POR SI SOLAS
En 2017 Cuba Ron exportó, incluida la empresa mixta Havana Club International (creada en 1993, con Pernod Ricard de Francia), 130 millones de dólares y durante los dos años siguientes incrementó dichas cifras. Esta compañía es la productora de la marca cubana más conocida, publicitada y degustada en el mundo, exportada a más de 125 países.
Hoy se fabrican y se venden como promedio 4,5 millones de cajas de nueve litros y para el 2030 la proyección será 6,5 millones de cajas de igual volumen, unidad de medida utilizada para facilitar las comparaciones internacionales.
De esa cantidad exportarán 4,5 millones de cajas -en la actualidad se venden en el extranjero alrededor de 2,9 millones. El resto de las marcas, todas juntas tienen la misión de alcanzar el 35 por ciento del conjunto de lo que exporta Havana Club.
Cuba es el primer mercado para el Havana Club a nivel internacional, sobre todo debido al auge del turismo, seguido de Alemania, Francia, Italia y España, como plazas básicas. El Reino Unido está en crecimiento, por encima de las 100 mil cajas por año, al igual que Canadá, con esa misma cantidad.
Asimismo Cuba Ron y la firma británica Diageo -líder en el segmento de bebidas alcohólicas Premium- constituyeron en 2019 una empresa mixta para gestionar la distribución mundial del ron Santiago de Cuba, la segunda marca más vendida tras Havana Club.
PLANES AMBICIOSOS
La alta calidad y los planes ambiciosos de la industria ronera cubana permitieron homenajear los 500 años de la fundación de La Habana (noviembre de 2019) con una maravilla espirituosa, como se hizo con anterioridad al cumplirse las cinco centurias de la oriental ciudad de Santiago de Cuba.
Precisamente, y como detalle curioso, se asentó en Europa el ron Santiago de Cuba 500 Aniversario (registro tridimensional), bebida muy especial con 100 piezas, 20 propiamente de una caja triangular y 80 de otro tipo de envase, no menos lujoso.
Con un registro numérico, el Santiago de Cuba 500 Aniversario de más realce y bella presentación cuesta cinco mil dólares, mientras que las otras piezas para completar la edición valen tres mil cada una.
Aparte del Santiago de Cuba 500 Aniversario, se fabrican otras exquisiteces como Isla del Tesoro, Siglo y 1/2 y Cubay Extra Añejo 1870, de una interesante lista de productos de lujo que acapara la atención del mercado internacional.
Havana Club es una marca elaborada en la fábrica de Santa Cruz del Norte (rones blancos) y en el caso de los oscuros en la moderna planta de San José. El sello fue establecido en 1878 por José Arechabala, nacido en Gordejuela (Vizcaya, España), y fue nacionalizado en 1960, tras el triunfo de la Revolución cubana de 1959.
En 2021 se cumplen 143 años de la creación del considerado por muchos entendidos como el mejor ron del mundo, que se hace en esta tierra, el Havana Club, el cual surgió en Santiago y de allí llegó a Cienfuegos y Villa Clara, extendiéndose hasta Cárdenas, a la fábrica de Arechabala.
Posteriormente se expandió a Santa Cruz del Norte (Mayabeque), donde aún existe la planta que el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, designara como la mayor productora de ron del país.
UNA GUERRA COMERCIAL
Pero alrededor de Havana Club International existe toda una guerra comercial. Desde 1993 este ron es comercializado por la empresa mixta Havana Club International S.A., joint venture entre la Corporación Cuba Ron S.A. y Pernod Ricard de Francia.
Según analistas, Havana Club es el quinto mayor del mundo en cuanto a marcas de ron, en referencia a cantidades en circulación, pero en materia de gusto, paladar y preferencias está entre las primeras.
No obstante, existe al parecer una interminable batalla comercial sobre los derechos del uso de esa marca en Estados Unidos, que comenzó en 1994 cuando Bacardí solicitó una licencia para manejarla allí.
En 1976 Cuba logró obtener el registro de la marca en Estados Unidos, pero en 2006 no lo pudo renovar al no poder presentar la debida licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, siglas en inglés), del Departamento del Tesoro.
Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba en julio de 2015, la isla presentó una versión de Havana Club, edición especial para ese mercado denominada Havanista.
La empresa cubano-francesa Havana Club International había registrado la marca Havanista en 2011 con la expectativa de poder comercializarla en Estados Unidos luego del levantamiento del boqueo económico, comercial y financiero de Washington contra La Habana por más de medio siglo.
En enero de 2016, finalmente la OFAC otorgó la licencia y la Oficina de Patentes y Marcas Registradas (Uspto) de Estados Unidos restituyó a la empresa Cubaexport el registro y los derechos sobre la marca del ron Havana Club en territorio norteamericano.
Entonces se reabrió un nuevo capítulo en el litigio de casi dos décadas de la familia Bacardí, que comercializa en Estados Unidos el ron Havana Club producido en Puerto Rico, contra Cuba.
Mientras todo esto ocurre, los consumidores cada vez más ponen sus ojos y su paladar en los exquisitos rones cubanos de alta calidad (Premium).
Por ello, Cuba Ron y Havana Club International sentencian que la isla hace “un ron para gente inteligente y culta”. Y esa parece ser la esencia del espirituoso insular, que cada vez impacta de mejor manera en salones de lujo y ejecutivos, directivos, en gente de alta solvencia y, sobre todo, en consumidores conocedores de los mejores productos del mundo.
arb/rfc
(*) Este trabajo contó con la colaboración de PLTV, Amelia Roque, Adriana Robreño, Yanet Llanes, Alberto Corona y el editor web Rey Dani Hernández.
