Guterres trasladó sus condolencias a los familiares de las víctimas y reiteró la solidaridad de la ONU con el Gobierno y pueblo del país africano en medio de un aumento de la inseguridad en sus esfuerzos para enfrentar la violencia extremista y reforzar la cohesión social, señaló el portavoz, Stéphane Dujarric.
El ataque perpetrado el lunes contra la localidad de Kodyel, provincia de Komondjari, aparentemente fue una venganza por el reclutamiento de ciudadanos voluntarios de grupos de autodefensa por las autoridades en la zona.
La agencia noticiosa burkinabesa AIB, reportó que cientos de personas armadas atacaron la villa y masacraron a la totalidad de los hombres que allí residían.
Por su parte, fuentes oficiales afirmaron que milicianos de la autodefensa, quienes apoyan las operaciones de las fuerzas de seguridad contra el terrorismo, mataron a 11 sospechosos en Kodyel, durante una misión en respuesta al asalto ejecutado por los extremistas.
El aumento de la violencia perpetrada por facciones terroristas y el incremento de las tensiones entre comunidades complican actualmente la estabilidad de Burkina Faso, luego de la reelección del presidente Roch Marc Christian Kaboré en los comicios de diciembre pasado.
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