La máxima responsable de la Organización Mundial del Comercio (OMC) al intervenir en el Consejo General de la institución se refirió al asunto como ‘la principal cuestión moral y económica de nuestro tiempo’.
Durante la reunión abordó además la cuestión de la propiedad intelectual y el acceso a los medicamentos y equipos médicos esenciales en el enfrentamiento a la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19.
Okonjo-Iweala afirmó que la política de vacunas es también económica porque la recuperación mundial no puede sostenerse sin un acceso equitativo a estos fármacos, la terapéutica y el diagnóstico, para lo cual se propuso por la India y Sudáfrica una exención temporal de ciertas obligaciones referentes a la propiedad intelectural.
El informe presentado a la reunión subrayó la falta de consenso en esa cuestión y resaltó que el objetivo común de todos los miembros de la OMC es proporcionar disponibilidad de productos de alta calidad, seguros, eficaces y asequibles, vacunas y medicinas para todos.
La Organización Mundial de la Salud denunció recientemente que los países pobres recibieron el 0,3 por ciento de casi mil millones de dosis de vacunas contra la Covid-19, e instó a las naciones ricas a elegir el buen camino pues si cumplen sus promesas la pandemia puede terminar.
El director general de esa agencia de las Naciones Unidas, Tedros Adhanom Ghebreyesus, preció que pese al tiempo récord en que la ciencia enfrentó la pandemia, de los más de 890 millones de dosis administradas en el mundo, más del 81 por ciento se usaron en países de renta alta y media-alta.
Significó que un puñado de naciones desarrolladas se traga el suministro previsto, ya que los fabricantes venden al mejor postor, mientras el resto del mundo se disputa las sobras.
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