Este es uno de los países del mundo más proclives a los impactos erráticos y calamitosos del cambio climático, consideran expertos luego el territorio sufrió durante más de dos semanas un doble desastre de la naturaleza que probablemente empeore su aguda inseguridad alimentaria.
A la sequía, que se declaró el 25 de abril, pronto sucedieron lluvias torrenciales que provocaron inundaciones repentinas y desbordes de ríos, destacó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y amplió que las precipitaciones llegaron demasiado tarde para la temporada de siembra.
El portavoz de OCHA, Jens Laerke, confirmó que esos aguaceros causaron 25 muertos entre las que se cuentan nueve niños, quienes murieron cuando su casa se inundó en la región de Benadir, en esta capital, precisó.
También el río Juba se desbordó y arrasó viviendas y mató ganado,y además hay informes de inundaciones en el norte somalí, así como se emitieron continuas advertencias de crecidas, principalmente en áreas bajas.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA)insistió que 2,7 millones de somalíes sufren escasez de víveres y más de medio millón están al borde de la hambruna. Se calcula que 300 mil niños menores de cinco años sufren desnutrición, incluidos 48 mil que están gravemente afectados y corren riesgo de enfermar y morir.
El vocero de OCHA alertó sobre la probabilidad de que el impacto combinado de la sequía y las inundaciones empeore esta situación alimentaria crítica, pues causan desplazamientos, ponen en peligro el acceso al agua potable, aumentan las dolencias transmitidas por esta y afectan los medios de vida de las personas.
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