El pasado 23 de abril, el presidente ruso, Vladimir Putin, aprobó un decreto que establece la aplicación de medidas de respuesta hacia países calificados de inamistosos porque cometen acciones hostiles contra la nación, sus ciudadanos o personas jurídicas de la Federación de Rusia.
La orden limita o, si es necesario, prohíbe los acuerdos laborales con rusos por misiones diplomáticas y oficinas consulares, oficinas de representación de organismos e instituciones estatales de estados extranjeros considerados inamistosos por Rusia.
Según la nueva norma, la República Checa no podrá contratar más de 19 trabajadores rusos en su misión diplomática, mientras Estados Unidos ni uno solo.
El pasado 28 de abril, el canciller ruso Serguéi Lavrov, recordó que la razón de tal paso fue ‘la actuación inadecuada de algunos de nuestros socios en relación con las actividades de las instituciones diplomáticas rusas en sus territorios’.
El ministro de Asuntos Exteriores dijo que si alguien quería establecer la paridad en este tipo de decisiones, entonces Moscú la aplicará al empleo en su territorio de ciudadanos rusos.
Rememoró que en 2919 Estados Unidos estableció un límite de tres años para la estancia de diplomáticos rusos en ese país, tomando como referencia a su propia práctica, que no se correspondía con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
‘Al respecto, desde hace tiempo les advertimos que también trasladaremos nuestra práctica a las relaciones entre nuestros países en el ámbito de las misiones diplomáticas’, comentó Lavrov.
Explicó que las embajadas rusas no contratan personal nacional de los países donde se encuentran, por lo que Moscú tiene el derecho de trasladar esa práctica a las normas que regulan el trabajo de las embajadas y consulados generales estadounidenses en su territorio.
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