El sondeo del Instituto de Estudios Peruanos (no gubernamental) arrojó 43,3 por ciento para el candidato izquierdista y 38,3 para la aspirante neoliberal, con un descenso de 4,5 para el primero y un aumento de 3,9 para la segunda y 21,3 de votos en blanco y nulos en indecisos.
Igual diferencia a favor de Castillo (42/40) arroja la encuesta de la empresa privada Ipsos, según la cual ambos crecen respecto al anterior resultado de hace una semana, dos por ciento el candidato y tres por ciento su rival.
Ipsos hizo además un simulacro de votación, en el que también se impuso el candidato (45,1/43,1), e hizo el ejercicio de eliminar
los votos en blanco y nulos, como será en el cómputo oficial, lo que arrojó 51,5 para él y 48,9 para ella.
En el desglose regional e IEP, Fujimori consigue el norte acercarse hasta un empate técnico a Castillo, quien se impone en el resto de las regiones, mientras su rival tiene amplia mayoría en Lima, plaza vital para su crecimiento.
El IEP consultó sobre la percepción del electorado sobre quién será el ganador y 47 por ciento cree que vencerá Castillo y solo 33 por ciento piensa que saldrá airosa Fujimori.
De otro lado, una caravana de automóviles de votantes fujimoristas fue repudiada ayer en la ciudad de Arequipa, por ciudadanos que les lanzaron naranjas (color del fujimorismo), desperdicios y piedras, lo que dejó un saldo de seis lesionados.
Se intensificó al mismo tiempo la ofensiva de los medios de comunicación, en su gran mayoría alineados con Fujimori y que muestran titulares, enfoques, comentarios y entrevistados con un claro favoritismo para la candidata.
Los críticos de esa conducta le llaman guerra sucia, ha sido un arma vital para Fujimori y el conocido periodista César Hildebrandt advirtió que en la semana que media hasta el balotaje del 6 de junio, se convertirá en guerra inmunda.
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