Abarca un área de 1805 kilómetros cuadrados y presenta una conjunción asombrosa de acantilados, cascadas, playas arenosas y pueblos encantadores.
Es considerado por expertos e historiadores uno de los paisajes más impresionantes de la región y se destaca por sus encantos geográficos y escultóricos, tanto así, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)en 1987.
Uno de los elementos más interesantes es su biodiversidad, aunque la fauna oceánica se asemeja a la existente en las plataformas continentales y se reduce de manera notable.
Durante los últimos años, en esa reserva natural se identificó la presencia de cinco especies escasas en Canadá, entre ellas el lince, el caribú y la liebre ártica.
En este espectacular espacio hay36 tipos distintos de vegetación, con algunas variedades vasculares y briofitas, que representan alrededor del 60 por ciento de la flora insular de Terranova.
También, entre sus principales atracciones sobresalen los paseos por las mesetas, la montaña de Gros Morne, el fiordo Western Brook Pond, Shallow Bay Beach, dos museos y las innumerables zonas para practicar el senderismo.
Según el sitio oficial del Parque, este destino turístico recibía casi 2,4 millones de visitantes anuales, pero la pandemia de la Covid-19 cambió de forma desfavorable esa situación.
(Tomado de Orbe)