Esta medida fue aprobada en los últimos días en una verdadera carrera contra el tiempo por el Congreso Nacional, con el inusual apoyo unánime de la Cámara de Diputados primero y del Senado después.
El IFE, que bordea la línea de la pobreza y abarca a todas las familias del RHC que tengan ingresos líquidos promedio por integrante por debajo de los 800 mil pesos chilenos (unos mil 100 dólares) -prácticamente el 90 por ciento de los inscritos- era una medida largamente exigida por la oposición.
Sin embargo, hasta ahora el Gobierno se limitó a entregar ayudas calificadas reiteradamente de insuficientes y tardías para que los hogares pudieran enfrentar la depauperación causada por la crisis económica y social agudizada por la pandemia de Covid-19.
Incluso miles de chilenos quedaban fuera de los aportes anteriores por la gran cantidad de requisitos demandados para poder acceder a ellos, inconveniente que en gran medida se suprimió en esta oportunidad.
El IFE, que será de 177 mil pesos chilenos por persona (unos 245 dólares) y de 500 mil (alrededor de 700 dólares) para un núcleo promedio de cuatro integrantes, será entregado durante junio, julio y agosto.
Los beneficiados recibirán la mitad de ese monto en septiembre, cuando según el estado de la crisis sanitaria en ese momento se decidirá si se amplía por varios meses más.
Al promulgar la legislación, Piñera señaló que representa ‘un esfuerzo enorme para el Estado’, y advirtió que ninguna red de protección social podrá sustituir la recuperación de los empleos y de la economía, que sigue siendo lo esencial para el país.
Asimismo llamó a ‘unir fuerzas para acelerar el proceso de vacunación’, como garantía para volver a la normalidad y controlar la pandemia de Covid-19, por lo cual llamó a las personas que pudiendo vacunarse no lo han hecho, a acudir a los centros de inmunización.
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