Aoun y Berri intercambiaron acusaciones de violar la Constitución para agudizar más el proceso de instalar una alineación gubernamental capaz de sacar al país de la peor crisis económica y financiera en décadas.
Esas tensiones agregan presión a la ya existente discrepancia entre el jefe del Estado libanés y el primer ministro designado Saad Hariri, quienes difieren en la distribución de cargos en el futuro ejecutivo.
‘La formación de gobierno está en el aire luego de la declaración de la presidencia y la respuesta de Berri’, afirmó el diputado Mohammad Hajjar, del partido Corriente Futura.
El jefe de los diputados criticó a Aoun por presuntos intentos de obligar a la renuncia de Hariri y salirse con la suya de nombrar dos cristianos en el próximo colectivo ministerial.
Berri preconiza la instalación de un gabinete con 24 carteras y un reparto equitativo entre cristianos, musulmanes chiitas y musulmanes sunitas.
Empero, el presidente, su yerno, Gebran Bassil, al frente del partido Corriente Patriótica Libre, y otras figuras religiosas, no aceptan esa propuesta, porque el sector cristiano estaría en desventaja.
En defensa de ese criterio, la oficina presidencial citó artículos constitucionales que establecen la exclusividad del jefe del Estado y el primer ministro designado para nominar una alineación gubernamental.
Sin embargo, Berri alegó que la designación de Hariri para formar gobierno, corrió a cargo del Parlamento y está fuera de la voluntad del presidente, pues emana del poder legislativo.
Con su posición, el presidente dice: ‘No queremos a Saad Hariri, pero ese no es su derecho y lo que se requiere es una solución a la crisis y no presiones contra el primer ministro designado’, precisó el titular parlamentario.
agp/arc