Según el Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos (Insee), el mayor impacto, como era de esperar, se produjo en los gastos en restaurantes y alojamientos, que decrecieron un 34 por ciento el año pasado por el cierre de esas instalaciones para frenar la propagación de la pandemia.
También la caída fue significativa en el consumo relacionado con el acceso a sitios culturales, entre estos los cines y los museos, y en el transporte, en particular el aéreo.
El descenso carece de antecedentes en la historia de las cuentas en Francia, establecidas en 1949, subrayó la entidad gubernamental.
De acuerdo con el Insee, las medidas adoptadas, como las ventas en restaurantes de alimentos para llevar o por entrega, no pudieron compensar las pérdidas en esos negocios, ni su contraparte, el consumo en los hogares.
Pese a la caída histórica en lo global, la excepción de la regla en 2020 fue la compra de alimentos, que registró un alza del 4,5 por ciento, con un aumento en la adquisición de queso, huevos, frutas, verduras y carne de res.
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