El vicejefe de la Resistencia islámica libanesa, Naim Qassem, hizo un llamamiento a que haya un acuerdo y a ceder posiciones con vistas a una rápida instalación del ejecutivo.
Así, aludía a la discordia que mantienen el presidente de la República, Michel Aoun, y el primer ministro designado Saad Hariri sobre a quién corresponde distribuir cargos en el próximo gabinete.
‘Hizbulah está en disposición de alentar a esa necesaria anuencia, porque busca la unidad, el consenso y la cooperación’, agregó.
El dirigente de la Resistencia reveló detalles de encuentros con el yerno del presidente y jefe del partido Corriente Patriótica Libre, Gebran Bassil, en el intento de convencerlo de suavizar exigencias en el proceso de formación gubernamental.
Aoun y Bassil rechazan la insistencia de Hariri en nombrar a dos ministros cristianos como parte de sus poderes constitucionales.
Dado el acuerdo estratégico de 2006 entre Hizbulah y la Corriente Patriótica Libre, fundada por el presidente, Qassem precisó que en ocasiones culpan al Partido de Dios por no ejercer más presión para romper el estancamiento.
Al respecto, dijo que la Resistencia trabaja por conseguir un entendimiento entre las partes para acelerar la formación del gabinete, porque el país ya no puede soportar más.
La alargada dilación para nombrar el gobierno amenaza con originar una agitación política y económica de imprevisibles consecuencias, anticiparon los especialistas.
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