Después de una reunión de alto nivel en el Palacio del Elíseo, el ministro delegado para las Pequeñas y Medianas Empresas, Alain Griset, informó que los locales podrán utilizar el ciento por ciento de su capacidad en los espacios exteriores y el 75 en los interiores, sin necesidad del uso obligatorio de máscara.
Sin embargo, el acceso de las personas a las discotecas será mediante el pase sanitario, que demanda un esquema de vacunación completo contra la Covid-19, una prueba negativa de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) o la confirmación de que se superó la enfermedad.
Por el momento no se prevé la realización de test de detección del virus en esos sitios para los que no estén vacunados, pero en un futuro podrían ejecutarse, dijo.
Francia cuenta con alrededor de mil 600 discotecas, uno de los negocios más golpeados por la pandemia, ya que otros, como los restaurantes, bares y sitios culturales, han podido abrir en diferentes momentos desde el 1 de marzo del año pasado, y prestan servicios desde el 19 de mayo.
El gobierno siempre consideró que estas instalaciones de recreo serían de las últimas en formar parte de la nueva normalidad impuesta por la Covid-19, crisis sanitaria responsable en suelo galo de más de 110 mil muertes.
La noticia recibió una buena acogida en el sector, y el presidente nacional de la Unión de Industrias y Oficios de la Hotelería, Thierry Fontaine, saludó el oxígeno que representa para los profesionales y la calificó de un mensaje positivo para los jóvenes.
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