Avanzada la madrugada concluyó un debate de 18 horas en el que los respectivos titulares Daniel Salinas y Azucena Arbeleche acudieron a explicar su combinada gestión de la pandemia de Covid-19, bajo críticas por cifras de contagios y falta de apoyo a la población más impactada.
Olesker, en su turno inicial, expuso una tesis centrada en las muertes evitables que sintetizó en vacunación tardía y resistencia gubernamental a establecer un período restrictivo de movilidad social para contener la diseminación comunitaria del virus SARS CoV 2 causante de la enfermedad.
Atribuyó a esto último el 50 por ciento de los fallecimientos por contagios que suman en el presente más de cinco mil 700.
Legisladores oficialistas atacaron dichas estimaciones, pero en una segunda intervención Salinas aceptó que un 15 por ciento de los decesos se debió a la circulación social y el 85 por ciento restante a la variante viral P1.
Respecto a dicha cepa, el senador consideró que hubo enorme improvisación y sin implementar una vigilancia molecular extensiva en el departamento de frontera reclamado como eje central por la misma comunidad científica que recomendó reducir la movilidad.
Para la oposición faltó aclarar, entre otras interrogantes, quién ordenó en noviembre a un funcionario subalterno del Ministerio de Salud Pública rechazar una oferta de vacunas Pfizer, y con ello en vez de comenzar a inmunizar a la población en enero no se hizo hasta marzo.
En cruce con la ministra Arbeleche, el interpelante le recriminó que estaba más interesada en el poco gasto fiscal que en los resultados, que redundaron en ‘100 mil personas más pobres, 100 mil puestos de trabajo menos, salario y jubilación reales e ingresos en hogares en caída, y entre 10 y 15 mil pequeñas y microempresas cerradas.
La interpelación doble concluyó con una declaración de tres puntos aprobada por ceñida mayoría parlamentaria de la coalición electoral de derecha en respaldo a la gestión de los ministros de Salud Pública y Economía en la pandemia.
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