En su último informe, ese órgano de Naciones Unidas sugirió adoptar capacidades e instituciones que fomenten la innovación y el desarrollo tecnológico para reducir el vínculo con los productos básicos y sus implicaciones negativas en la economía.
Reveló, además, que un 64 por ciento de las economías en desarrollo dependen de la exportación de las materias primas, y que la situación apenas ha cambiado en los últimos 20 años, pero excepciones como Costa Rica marcan la senda a seguir.
‘Ese país dependía hasta mediados de los 80 de la exportación de alimentos y ahora vende tecnología e instrumentos médicos, mostrando que hay formas de salir’, destacó, en rueda de prensa el experto de la Unctad Janvier Nkurunziza.
Precisa el documento que romper esa dependencia implica un proceso de cambio económico estructural, estrechamente asociado con un aumento de la productividad laboral, el cual se puede lograr con transformaciones en el mercado y la producción.
En ese salto también debe considerarse el papel que puede desempeñar la integración regional, como es el caso de las pequeñas empresas de Argentina que lograron beneficiarse de tarifas más bajas para los negocios con Brasil, en el ámbito del Mercosur.
Entre los países en desarrollo que dependen de las materias primas, Brasil aparece a la cabeza en el índice de desarrollo tecnológico 2019 de la Unctad, seguido de los Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Chile, Colombia, Arabia Saudita, Perú e Irán.
La Unctad teme que la pandemia de la Covid-19, que aumentó los precios de muchas materias primas, disuada a estas economías de acometer una larga y difícil transformación tecnológica estructural necesaria para reducir la dependencia de unos mercados tan volátiles como puede ser el del petróleo.
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