Cuando ya apagó sus luces la cita veraniega, es justo recordar algunos de los momentos vividos por esos hombres y mujeres que, si bien no alcanzaron el podio, fueron reconocidos aquí por su pasión.
Una de esas postales gráficas para la historia deportiva de la tierra del Quetzal la protagonizó el badmintonista Kevin Cordon, quien en cada salida a las canchas del Musashino Forest Plaza puso a vibrar a los chapines y consiguió un cuarto lugar de leyenda.
¡Gracias Kevin! fue una frase recurrente en redes sociales al punto de convertirse en etiqueta ante cada victoria del zurdo de oro en su grupo C.
El zacapaneco logró unir a todos en un solo sentir durante sus partidos, algunos en horas de la madrugada, al punto de ganarse también el respeto de la prensa internacional que lo llamó ‘el milagro de Guatemala’, aunque nada en su carrera se debe a la casualidad.
Lo cierto es que se quedó a un peldaño del podio en la discusión del bronce ante el indonesio Anthony Ginting, pero antes dejó en el camino a rivales metidos en el top 10 como el surcoreano Heo Kwang-hee, el neerlandés Mark Caljouw y al favorito Angus La Kong (número 9), toda una proeza que alimentó el sueño del sí se puede.
Ante este último contrincante, Cordón contó a la prensa que salió al partido a disfrutar y le dijo a su entrenador ‘voy a jugar cada punto y no voy a pensar en si lo voy a ganar o a perder’. En ningún momento pensé voy ganando, solo celebrada y disfrutaba. Cuando me di cuenta estaba en el punto 19 del segundo set y me quité las ansias’, rememoró.
De Tokio se despidió con la raqueta en alto, el corazón en la mano y la admiración de japoneses, guatemaltecos y latinoamericanos, pues coló al continente en el selecto grupo de monstruos del bádminton a nivel mundial.
Otro momento de celebración llegó en las brazadas de Luis Carlos Martínez, quien resumió su vida y esfuerzo en 51.09 segundos y un séptimo lugar en los 100 metros mariposa. Fue su primera final bajo los cinco aros y también para Guatemala en natación olímpica.
Igual sentimiento de orgullo chapín despertó el jovencito Luis Grijalva, tanto por su personalidad como por su historia de vida, uno de los tantos ‘dreamers’ en Estados Unidos, a donde llegó a la edad de un año.
Aunque logró su clasificación en los cinco mil metros planos para representar a su país de origen, fue toda una odisea desembarcar en suelo japonés por los trámites migratorios, incluso su debut lo hizo cansado aún del viaje.
No obstante, logró colarse en el top 10 para estar en la final, el único latinoamericano, y el pasado viernes ofreció otra brillante actuación al quedar en el puesto 12 de la disciplina e imponer récord nacional y centroamericano con un tiempo de 13:10:09.
El reto Tokio también marcó participaciones históricas para varias mujeres y deportes como Waleska Soto y Adriana Ruano (tiro con armas de caza); Nikté Sotomayor (bádminton) y Jennieffer Zúñiga y Yulissa López (remo).
Otra debutante, la pesista Scarleth Ucelo mostró a todos su alegría, pasión y entrega en cada intento en la categoría +87 kilogramos. Las cámaras se regodearon siempre en sus uñas al agarrar las pesas, pues llevaba la bandera blanca y azul pintada en cada una de ellas.
En suelo japonés impuso nuevas marcas personales y récords nacionales para finalizar en el puesto 12 de la clasificación general.
Y entre los reveses, quedaron las palabras del medallista de plata en Londres 2012, Érick Barrondo, quien expresó ‘llegamos hasta aquí con nuestros propios recursos y luchamos con todo lo que teníamos hasta donde nos dejaron. Poco a poco encontraremos la forma de volver a estar entre los número 1’, escribió.
La vista ya está puesta en París 2024 y, con más experiencia, Guatemala podría romper la mala racha que le acompaña desde Londres 2012.
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