Aunque poco mencionadas en el delirio que provoca la canícula, los accidentes por encuentros indeseados entre humanos y reptiles son sustanciales en este país del norte de África donde cada año ocurren hasta 25 mil casos de envenenamiento por picadas de escorpiones y 350 por ataques de serpientes, acorde con datos oficiales.
Por aquello de curarse en salud el ministerio recomendó a la ciudadanía un grupo de medidas precautorias que aunque sabidas en ocasiones se pasan por alto con los consiguientes sinsabores.
Los consejos incluyen abstenerse de introducir las manos en agujeros y mucho menos posar las sentaderas en sitios herbosos o junto a piedras, lugares predilectos de esas alimañas para escapar del calor, utilizar ropas y calzado capaces de preservar de las agresiones y evitar ‘lugares sospechosos’.
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