Los muyahidines afirmaron que se celebraron conversaciones entre ambas partes el sábado, pero sin lograr ningún resultado, indicó el canal de noticias TOLO news.
El valle de Panjshir, atravesado por el río del mismo nombre, muy cerca de la cordillera del Hindú Kush, macizo montañoso entre Afganistán y el noroeste de Pakistán, alberga el último reducto de la resistencia contra el dominio talibán, a 150 kilómetros al noreste de Kabul.
El Frente de Resistencia en ese sitio rechazó la afirmación de los fundamentalistas islámicos, diciendo que retomaron el distrito de Paryan.
Ahmadullah Wasiq, jefe adjunto de la Comisión Cultural de los talibanes, dijo el domingo que el grupo armado radical capturó todos los distritos de Panjshir.
Sin embargo, el portavoz del Frente de Resistencia, Fahim Dashti, escribió en un tuit que los talibanes sufrieron muchas bajas en los combates.
El ex ministro de Asuntos Exteriores, Hanif Atmar, instó a ambas partes a resolver el problema mediante el diálogo, pues los combates tendrán consecuencias negativas para la estabilidad del país.
Luego de la toma de Kabul por el grupo armado fundamentalista surgieron destellos de resistencia en el valle de Panjshir, donde el líder antitalibán Ahmad Massoud reunió restos de unidades del ejército regular, fuerzas especiales y de las milicias locales.
Massoud pidió un gobierno inclusivo y de base amplia en Afganistán, que represente a todos los grupos étnicos.
La lucha se intensificó tras la salida de Afganistán de las últimas tropas estadounidenses, que ocuparon por 20 años el país bajo el paraguas de luchar contra el terrorismo.
Luego de dos decenios, los talibanes retomaron el control de Afganistán, un país más empobrecido tras la invasión de Estados Unidos, que sumó 11 millones de refugiados, cinco millones de desplazados internos y 250 mil civiles muertos.
Muchos afganos temen el regreso del estricto régimen talibán, cuyo primer gobierno de 1996 a 2001 cometió muchos abusos, sobre todo contra mujeres, niñas y minorías étnicas.
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