Tales asuntos relegaron a tercero y cuarto lugares respectivamente a la seguridad y la pandemia de la Covid-19, la cual resultó la aprehensión dominante aquí hasta abril último.
Con el descenso gradual de las cifras de contagios, y la intensificación de la campaña de vacunación inmunizadora, los uruguayos volvieron a enfocarse más en permanentes inconvenientes cotidianos de vuelta a la normalidad.
A su vez se reflejó en los niveles de aprobación del presidente de la nación, Luis Lacalle Pou, que bajaron de más de un 60 por ciento a ligeramente por encima del 50 por ciento, según reconoció la oficialista firma de sondeos Cifras.
El encuestador y politólogo Oscar Botinelli advirtió que los mejores números para el mandatario correspondieron al buen manejo en 2020 de la crisis sanitaria, pero ya desde entonces desaprobaba en lo tocante a la economía.
Mientras un estudio de la Universidad de la República arrojó el surgimiento de 100 mil pobres más en el primer año de gobierno de coalición de derecha, el Ministerio de Trabajo reconoció la pérdida de por lo menos 60 mil empleos.
El presidente de las gremiales de empleados del Estado y de los servicios de salud pública, Martín Pereira, afirmó que ‘es brava la situación del empleo y esto va cada vez más en picada’, a pocos días del paro nacional convocado por la central sindical Pit-Cnt para el 15 de septiembre.
‘No solo el gobierno perderá el referendo revocatorio de 135 artículos de su Ley de Urgente Consideración, sino que también enfrentara un descontento social generalizado’, avizoró el sindicalista.
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