Inesperadamente el presidente afirmó este jueves que tiene mucho respeto por las instituciones democráticas del país y nunca fue su intención atacar a otro poder del Estado, luego de arremeter contra uno de los magistrados del Supremo Tribunal Federal (STF).
En una declaración a la Nación, publicada por el Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo), el exmilitar alegó que respeta las instituciones de la República, motores que ayudan a gobernar el país. ‘De eso se trata la democracia: Ejecutivo, Legislativo y Judicial trabajando juntos en nombre del pueblo y todos respetando la Constitución’, aseguró.
Señaló que las diferencias surgidas se debían a conflictos por decisiones de un juez del Supremo, que autorizó a investigarlo sobre noticias falsas.
‘Por eso quiero declarar que mis palabras, a veces contundentes, surgieron del calor del momento y de los enfrentamientos que siempre han tenido como objetivo el bien común’, insistió.
Para Hoffmann, nadie amenaza la democracia solo por el calor del momento.
En la red social Twitter, la diputada denunció que ‘la naturaleza de Bolsonaro es golpista, antidemocrática’.
Consideró bueno que haya retrocedido, pero ‘sus dichos y desdichos no inspiran la menor confianza. Debemos mantener la defensa permanente de la democracia ante el riesgo que supone’, remarcó.
Brasil vivió el 7 de septiembre, Día de la Independencia, una tensa jornada por movilizaciones contra Bolsonaro y otros actos estimulados por el gobernante, de apoyo a sus ataques contra la Corte Suprema.
Con la libertad como principal palabra en sus arengas, el Jefe de Estado, quien enfrenta una caída de popularidad en las encuestas y fuertes críticas por su gestión ante la pandemia de Covid-19, encabezó las movilizaciones en Brasilia y Sao Paulo; sin embargo, sus mensajes se enfilaron contra la democracia.
En su discurso en la Avenida Paulista amenazó con no acatar las decisiones judiciales del ministro Alexandre de Moraes, del STF y que solo aceptará las justas comiciales en 2022 con recuento público de votos.
Sus declaraciones sacudieron el mundo judicial y político, al tiempo que el titular de la corte superior, Luiz Fux, advirtió que nadie cerrará este tribunal.
‘Ofender el honor de los ministros, incitar a la población a tener odio hacia el STF, fomentar el incumplimiento de las decisiones judiciales son prácticas antidemocráticas, ilícitas e intolerables’, subrayó.
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