Octubre es el mes donde los forcejeos del partido oficial Vamos cobran especial relevancia porque está obligado a no perder las riendas de un escenario que le sirva para apuntalar al maltrecho gobierno de Alejandro Giammattei en un complicado año preelectoral.
Según la ley interna del organismo, a partir de la tercera o cuarta semana en curso pueden darse las elecciones, de ahí la premura en socializar nombres y posibles planillas para buscar consensos que se traduzcan en votos seguros.
Entre los que más suenan está el actual presidente, Allan Rodríguez, en representación de Vamos; Shirley Rivera, también del partido en el poder; Manuel Conde, del Partido de Avanzada Nacional; y Álvaro Arzú, del bloque Unionista y con experiencia al frente del Hemiciclo de 2018 al 2020.
Otras alternativas como Edmundo Lemus, exministro de Comunicación, quien renunció en junio último para regresar al Congreso, y Armando Castillo, de Visión con Valores y vicepresidente en la Junta Directiva, van quedando en el camino, aunque no se descarta que formen parte de alguna de las estrategias en juego.
De acuerdo con Eddie Cux, director de Acción Ciudadana, habrá que ver si el desgaste de Rodríguez en esta IX Legislatura le permite continuar, pues su popularidad está totalmente en el suelo y es evidente la pérdida de tradicionales apoyos.
La aprobación de sucesivos estados de prevención y de Calamidad solicitados por el Ejecutivo para contener la Covid-19, llevó en agosto a que bancadas hasta entonces aliadas de Vamos tomaran distancia y echaran por tierra las intenciones de imponer un nuevo toque de queda sin contemplar ampliaciones presupuestarias urgentes para el Ministerio de Salud.
Aun así, no sorprende que el oficialismo busque a través de distintas planillas volver a encabezar la Junta Directiva, aseguró Cux, quien reconoció a esta legislatura entre la de menos resultados.
‘La agenda actual refleja un intencionado estancamiento intencionado, este mes los diputados cumplen un año sin aprobar magistrados para las Cortes e incluso han desobedecido resoluciones judiciales, lo cual refleja un Congreso totalmente capturado’, argumentó.
El pulso por venir entre las distintas bancadas también se extenderá a la propuesta de presupuesto del Estado para el año fiscal próximo, una de las metas más importantes para el Gobierno luego del rechazo ciudadano en las calles que le llevó a engavetar el ya aprobado para 2021.
En este contexto enrarecido, ayer trascendió que los partidos de oposición también buscan dar pelea y entre los candidatos a tener en sus manos las riendas estarían Sonia Gutiérrez (Winaq), Samuel Pérez (Semilla) y Orlando Blanco (Unidad Nacional de la Esperanza).
La idea es conformar una planilla alternativa con varias propuestas y Gutiérrez aparece como una de las más seguras a encabezarla.
Aunque cuesta arriba, la propia jefa de la bancada Winaq reconoció que no descartan buscar apoyo, además, entre partidos fraccionados.
‘El panorama es difícil porque la alianza oficialista ha tenido una aplanadora para los temas que ellos quieren imponer’, argumentó.
En igual sintonía de evitar que continúe Rodríguez o el oficialismo en la dirección del Legislativo, Pérez reconoció el escenario como complejo porque algunos diputados aliados al gobierno de Giammattei no se mueven por intereses del pueblo de Guatemala, sino por negocios de corrupción y ahí entra el presupuesto.
Jahir Dabroy, analista político de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, va más allá al recordar que 2022 comienza a tener tintes preelectorales y el tema de las alianzas podría romperse porque cada quien va a ir buscando su propio récord político.
A su juicio, no debe extrañar si la oposición no llega al número de votos necesarios ya que es parte de lo que permite el juego político en Guatemala.
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