El crudo Brent terminó la jornada con un alza de 1,26 dólares, a 83,65 dólares el barril, luego de alcanzar su nivel más alto desde octubre de 2018 en 84,60 dólares, mientras el WTI de Estados Unidos sumó 1,17 dólares, para venderse a 80,52 dólares el tonel, cerca de niveles no vistos desde el 2014.
El ritmo de la recuperación económica de la pandemia de Covid-19 junto al clima frío impulsa la demanda de energía, en un momento en que la presión sobre los gobiernos para acelerar la transición a fuentes más limpias frena la inversión en proyectos petroleros.
Este lunes un funcionario del Gobierno estadounidense afirmó que la Casa Blanca mantiene sus llamados a los países productores de petróleo a hacer más para apoyar la reanimación económica mundial y que están monitoreando de cerca el costo de ese combustible y de la gasolina.
Por su parte, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, conocidos en conjunto como OPEP+, se abstienen de incrementar la oferta pese a que los precios suben.
Las cotizaciones de los carburantes escalaron a máximos históricos en las últimas semanas, impulsadas por la escasez generalizada de energía en Asia, Europa y Estados Unidos, en particular del gas, lo cual alienta a los países a cambiar al petróleo para generar electricidad.
Analistas estiman que el cambio del gas natural al hidricarburo podría agregar entre 250 mil y 750 mil barriles por día a la demanda.
También aseguran que China se prepara para aumentar la producción de carbón, en tanto el segundo mayor importador mundial de ese material, India, enfrenta apagones y cortes de electricidad debido a que sus reservas están críticamente bajas.
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