Zeya arribó el martes al país caribeño para reunirse con el primer ministro Ariel Henry acerca del diálogo inclusivo para buscar la estabilidad política y la celebración de elecciones, así como la problemática de la seguridad.
También con el ministro de Justicia, Liszt Quitel, en relación con la investigación del asesinato del presidente Jovenel Moïse y de las masacres de Bel-Air, La Saline y Grand Ravine, así como con representantes de las organizaciones de Naciones Unidas para la Infancia y las Migraciones.
Esta es la segunda ocasión en menos de dos semanas en que altos funcionarios llegan al país. A inicios de octubre visitó el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, y el principal asesor del presidente Joe Biden para Latinoamérica, Juan González.
‘Estamos asistiendo a una sucesión de visitas de funcionarios de Estados Unidos. Esto sucede después de la renuncia del enviado especial Daniel Foote que firmó una carta denunciando la política de Estados Unidos hacia Haití y que expresa su indignación frente al tratamiento dado a los migrantes haitianos en la frontera con México’, explicó Chalmers a Prensa Latina.
De acuerdo con el también académico, lo manifestado por Foote no es nuevo y confirma lo que los sectores progresistas haitianos dicen desde hace mucho tiempo, ‘que el Gobierno de Estados Unidos apoyó a la dictadura de Jovenel Moïse, apoyó a los sectores conservadores del país y que este soporte junto a la política es responsable de la crisis institucional muy grave que estamos viviendo’, subrayó.
Para el experto, las recientes visitas de los funcionarios estadounidenses quieren lavar la imagen de su política hacia Haití y enmascarar las maniobras tradicionales de dominación, ‘de desprecio, racistas y que nunca toman en cuenta los intereses del pueblo’.
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