Todavía hasta fines de abril el Producto Interno Bruto (PIB) dio señales de recuperación y tanto el Gobierno como varios organismos internacionales le pronosticaban un aumento promedio del 6,5 por ciento.
Pero el 27 de ese mes, un rebrote de la enfermedad en el norte fue propagándose por todo el país y lo obligó a entrar en una suerte de confinamiento nacional que fue carcomiendo los indicadores económicos básicos hasta llevarlos hasta sus esmirriadas cotas de hoy.
La Covid-19 se cebó particularmente en la sureña Ciudad Ho Chi Minh, la más populosa de Vietnam y considerada el motor de la economía nacional. Allí no solo cerraron importantes centros industriales, grandes empresas y todos los comercios, sino que la gente estuvo impedida hasta de salir de casa.
En mayor o menor medida, la situación se replicó en todas las provincias del país y el impacto fue tal, que de enero a septiembre el PIB sufrió un bajón del 6,17 por ciento, el peor en lo que va de siglo.
Todos los sectores encajaron el golpe, pero quizás ninguno como el turismo, al punto que los arribos internacionales representaron el tres por ciento de los de 2020. Y para eso, casi todos fueron de hombres de negocios y asesores extranjeros regresados a cumplir contratos.
Aunque aún no hay reportes sobre el monto de los daños económicos, estos deben de ser astronómicos, pues ya por esta fecha del año pasado -menos desastroso para la industria del ocio- rondaban los 20 mil millones de dólares.
En medio de tan adverso panorama, hubo dos áreas que resistieron los embates de la pandemia: las exportaciones y las inversiones extranjeras directas (IED).
En los primeros nueve meses los embarques de la nación indochina ascendieron a 240 mil 520 millones de dólares, un aumento interanual del 18,8 por ciento, y se espera que cierren diciembre con más de 315 mil millones.
De cumplirse el pronóstico, sería el segundo año consecutivo en que las exportaciones experimenten un crecimiento de dos dígitos a despecho de los estragos de la Covid-19 sobre las producciones nacionales y el comercio global.
También las IED aportaron un significativo caudal de ingresos a Vietnam al totalizar 22 mil 150 millones de dólares, un aumento del 4,4 por ciento, y según el Ministerio de Planificación e Inversión a fines de año pudieran llegar a 30 mil millones.
Desde el inicio de la pandemia el Gobierno tuvo muy claro que esta sería una batalla a librar en dos frentes -uno contra la enfermedad, el otro por la salvaguarda de la economía- y ha seguido la estrategia a rajatabla.
De una parte, no le tembló el pulso a la hora de activar estrictas regulaciones sanitarias, y de la otra, lo hizo de manera que el PIB sufriera lo menos posible en medio de una situación epidemiológica tan compleja.
Ha sido un inteligente ejercicio de cálculo de riesgos cuya primera premisa fue el bienestar de la población, al presente y a futuro.
Los resultados están a la vista, pues los contagios con la Covid-19 disminuyen por día y la economía, durante varios meses bajo cuidados intensivos, avizora la posibilidad de crecer cuatro por ciento en el año.
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