Tras la reunión, Vásquez dijo esperar que el grupo asistente y el ausente, concerten posiciones en función de la distensión y la gobernabilidad para abordar los problemas urgentes que afectan a la población, como la salud, la educación y la alimentación.
Añadió que si los legisladores del partido gobernante, Perú Libre, necesitan tiempo para ponerse de acuerdo, esperará a dialogar con todos.
Por su parte, los legisladores oficialistas Francis Paredes y Oscar Zea dijeron que Vásquez ratificó que el gobierno mantiene sus objetivos originales, como las transformaciones planteadas en la campaña electoral, la renegociación de los contratos de explotación del gas y otros recursos y un proceso a la asamblea constituyente.
Sobre la proyectada asamblea constituyente, Vásquez dijo que propugnar el cambio o la reforma de la constitución es una decisión democrática y no puede ser considerada extremista (como lo califica la derecha) pero entraña un proceso y lo prioritario son las demandas sociales.
Los congresistas citados negaron que Perú Libre se hubiera dividido entre militantes de ese partido y aliados elegidos bajo su sigla y aseguraron que siguen unidos y dialogarán para llegar a entendimientos.
La legisladora Francis Paredes dijo que iría con sus compañeros a la asamblea del partido Perú Libre que se realizaba en ese momento, para dialogar en aras de la unidad.
Zea dijo que hay diferencias en torno a la reciente recomposición del gabinete ministerial, pero no se imagina a sus compañeros militantes de Perú Libre votando en el Congreso junto a las bancadas de extrema derecha por el cese del nuevo gabinete, que necesita la aprobación del pleno para continuar en funciones.
De otro lado, la primera ministra no logró avances en su afán de un acuerdo con la oposición parlamentaria para regular de forma integral la facultad del Congreso de vacar (destituir) al presidente por mayoría calificada y la del mandatario de disolver el Legislativo si niega dos veces su confianza (destituye) al equipo ministerial.
Por el contrario, la presidenta del conservador Congreso, María del Carmen Alva, le comunicó que mañana se votará la imposición, por insistencia, desestimando observaciones del Ejecutivo, de una ley que reduce al mínimo la potestad presidencial de pedir la confianza congresal en el gabinete.
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