Además de los ricos componentes culturales, la urbe fundada hace 507 años tras orden de Diego Velázquez, es un baluarte en la propia formación de la identidad del país caribeño.
Entre los capítulos más importantes que se recogen en la provincia más extensa de Cuba destaca la primera Constitución de la República en Armas, en el poblado de Guáimaro en 1869.
En exclusiva con Prensa Latina, el investigador Fernando Crespo refirió que este acontecimiento fue crucial para el futuro de la nación.
‘Lo más sobresaliente: la Asamblea y su división de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Elección del presidente Carlos Manuel de Céspedes, transmisor de la idea democrática, proyecto revolucionario. La bandera, el escudo’, resumió.
Aunque ya sabemos las carencias al ser limitado el poder militar al civil en tiempos de guerra, agregó.
Para el historiador un punto medular lo expuso el patriota Ignacio Agramonte, uno de los redactores de la Constitución entonces, quien defendió que el color del triángulo de la enseña nacional se mantuviera rojo, porque ya se había derramado sangre desde la inmolación de Joaquín de Agüero y sus compañeros, que se levantaron en Francisco de Jucaral el 4 de julio de 1851.
La reseña histórico-cultural está repleta de pasajes importantes.
Para 1608 la obra Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa, se convertiría en la primera creación literaria reconocida en el país, hecho que haría de Camagüey la cuna de la literatura cubana.
El apartado de las letras creció desde entonces, y Camagüey presume, además, de hijas como la ilustre poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873).
Esta tierra es también cuna de avanzados para la cultura cubana como el poeta nacional, Nicolás Guillén, o Carlos J. Finlay, científico quien descubrió el agente transmisor de la fiebre amarilla.
En tópicos arquitectónico resalta que entre los sitios que la Organización de Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reconoce con un caudal cultural indiscutible sobresale la Plaza de San Juan de Dios, también en la ciudad capital de la región.
‘Es este uno de los mejores ambientes coloniales conservados en Cuba, y sin el cual no podríamos explicar el desarrollo de la Villa del Puerto del Príncipe’, declaró el investigador Henry Mazorra.
Vinculada su fundación a la Virgen de la Candelaria, ha sido desde 1514 la otrora Villa del Puerto del Príncipe una urbe con un potencial enorme para la explotación del turismo, y sus riquezas le colocan en el listado distintivo para la cultura cubana.
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