El titular se refirió así al escenario creado por una ley recién aprobada por la oposición parlamentaria, que reduce al mínimo la posibilidad que el jefe de Estado disuelva el Congreso de la República ante el obstruccionismo de este, bajo control derechista.
‘¿Qué hay que hacer? El único camino que nos queda es recurrir a la población, que lo está exigiendo; constantemente recibo llamadas en las que me dicen ‘convócanos», dijo en una entrevista televisiva en la que reiteró que la citada legislación allana el camino a un golpe parlamentario mediante la vacancia (destitución) de Castillo.
Añadió,sin embargo, que ‘no queremos crear un conflicto social, tenemos que pedir la calma, porque eso es lo que nos corresponde’, al reiterar que la ley cuestionada rompe el equilibro entre los poderes a favor del Legislativo y atenta contra la carta magna.
Previamente, la primera ministra, Mirtha Vásquez, manifestó que, pese a la ilegalidad y la imposición congresional, el ejecutivo persiste en la búsqueda de diálogo y el consenso en aras de la estabilidad democrática y la gobernabilidad.
Esa política se expresó en la decisión previa del presidente Castillo de recomponer su gabinete ministerial, prescindiendo de ministros cuyo retiro exigía la derecha, y en la propuesta de Vásquez de concertar la regulación de los requisitos del cese del presidente por el parlamento unicameral.
Al respecto, el ministro Torres señaló ayer la paradoja de que la respuesta de lo que llamó la ultraderecha del Congreso…fue desarmar unilateralmente al ejecutivo y continuar con sus planes golpistas.
Reiteró hoy que el Gobierno impugnará la reciente ley ante el Tribunal Constitucional (TC), el cual, según el constitucionalista Luciano López, se perfila difícil porque la apelación solo puede aprobarse con los votos de cinco de sus siete miembros, lo cual está lejos de ser seguro.
El jurista Omar Cairo acotó que la ley contradice un fallo del TC, según el cual el Ejecutivo puede pedir al Legislativo la confianza en el gabinete ministerial -cuya negación dos veces faculta al presidente a disolver al parlamento- por cualquier motivo y modalidad, salvo en lo que corresponda a las facultades exclusivas del Legislativo.
Según los antecedentes, el TC jamás emite una sentencia que contradiga una sentencia propia anterior, pues sus decisiones sientan precedente de aplicación obligatoria.
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