El velero Éclesias cubría la ruta Marigot-Anse a Pitres, en la costa sur del país cuando zozobró el sábado con unas 50 personas a bordo, según las más recientes informaciones, 19 de ellas murieron y otras 30 lograron sobrevivir.
El directivo criticó el comportamiento irresponsable de los empleados de la entidad que permitieron desembarcar con sobrepeso y sin las medidas mínimas de seguridad, no obstante, uno de ellos se defendió la víspera en una radio local alegando que alertó al capitán sobre el exceso de equipaje.
Prévost también indicó que se emprenderán acciones judiciales contra el responsable de la embarcación por las víctimas mortales.
Pocas horas después de conocerse la noticia, el primer ministro, Ariel Henry, envió condolencias a los familiares de los fallecidos.
Ante esta nueva tragedia que tuvo lugar en condiciones deplorables, queremos asegurar a las familias de las víctimas, así como a los supervivientes, el pleno apoyo del Gobierno, así como las autoridades locales, aseguró Henry.
En mayo pasado, otro naufragio provocó la muerte de al menos ocho personas cuando el velero Étoile brillante (Estrella brillante) se hundió con todos los ocupantes, luego de sufrir una avería.
En 2020, un incidente similar cobró la vida de 13 personas en el trayecto entre Saint-Louis du Nord y la Isla de la Tortuga, al norte de Haití, mientras que otro accidente en 2018 tuvo un balance de 12 fallecidos.
Muchos de los hechos se relacionan con la precariedad de las embarcaciones, construidas sin los estándares mínimos para la navegación, y que además transportan grandes volúmenes de mercancía.
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