Para que haya justicia climática el norte global tiene que hacerse responsable de sus emisiones históricas y de los daños y perdidas que han sufrido los pueblos de América Latina y el Caribe en razón de lo anterior, aseveró Francisco, uno de los activistas que intervino en un panel organizado por la delegación de Bolivia.
El estudiante que solo se identificó por su nombre de pila llamó la atención sobre la lentitud de las negociaciones en la COP26 y la falta de ambición mostrada por la mayoría de los países ricos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Estamos cansados de la exclusión de la juventud del proceso de toma de decisiones, agregó Francisco, quien exigió a los gobiernos de la región latinoamericana y caribeña destinar el 50 por ciento del financiamiento internacional a planes nacionales de adaptación enfocados en reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia.
Llamó además a implementar una política de cero subsidios a los combustibles fósiles para 2030, y proteger como mínimo el 30 por ciento de los ecosistemas terrestres y marinas para principios de la próxima década y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Exigimos alcanzar un desarrollo que contemple una transición justa en donde la adaptación y la mitigación mejoren la situación económica, con foco en la reducción de la pobreza y la generación de empleos verdes, apuntó.
El ambientalista denunció, sin embargo, que de los 439 defensores de la tierra asesinados entre 2019 y 2020 en el mundo, más de 350 eran latinoamericanos.
Es necesario que nuestras voces sean escuchadas porque el futuro nos pertenece, afirmó, por su parte, la mexicana Diana Miriam Pineda, mientras que la boliviana Adriana Salazar señaló que el cambio climático hace mucho que dejó de ser un problema asociado a los cambios físicos de la Madre Tierra para convertirse en un tema social, económico y, sobre todo, acotó, altamente político.
Isis, de Chile, propuso la creación de tribunales ambientales internacionales integrados por los países más pobres y afectados por la crisis climática para juzgar y penalizar a los que incumplan el Acuerdo de París.
Tienen que negociar con nosotros porque hemos dañado menos a la Pachamama, sentenció.
La cumbre climática de Glasgow, prevista para concluir este viernes, es vista como la última oportunidad que tiene el mundo para tomar medidas concretas sobre la limitación del calentamiento global por debajo de 2 grados Celsius, la reducción de las emisiones de carbono y el financiamiento para ayudar las naciones pobres a enfrentar y mitigar el impacto del cambio climático.
msm/nm
