La conjunción de trágicos factores el viernes de la semana pasada: colisión del camión cisterna con otro vehículo, la aglomeración de personas que recogían el combustible que se derramaba, un probable descuido y el denso tráfico provocaron la tragedia, de acuerdo con investigaciones preliminares.
El siniestro arrasó un radio de decenas de metros en el distrito metropolitano de clase alta del barrio de Wellington, en el que se apiñaban automóviles, ómnibus del transporte colectivo y ciclistas, muchos de ellos muertos por la deflagación y las llamas, según testimonios de sobrevivientes la prensa local.
Este miércoles los sierraleoneses cumplieron el tercer y último día del luto nacional decretado por la Presidencia, durante los cuales fue preciso cavar tumbas comunes para sepultar a las víctimas de la tragedia.
Sin embargo, el horror aun no termina ya que 64 personas siguen internadas en hospitales, muchas de ellas con graves quemaduras que ponen en peligro sus vidas.
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