Pérez, premio Casa de las Américas, manifestó a Prensa Latina su indignación por la declaración a favor de la subversión en Cuba, firmada por el escritor y activista neoliberal y por exgobernantes y otros elementos afines, y la calificó como la complicidad del personaje con la guerra mediática contra Cuba.
Añadió que no le sorprende la actitud de Vargas Llosa y su fundación, “con el humillante respaldo de Lacalle, Macri, Moreno, Zedillo y otros impresentables de la política de nuestra América, promueven la campaña para desestabilizar la paz y el orden social que impera en Cuba”.
“La guerra del fin del mundo (novela del escritor), al parecer continúa en su imaginario. Pero esta vez es una tóxica guerra mediática que alienta la violencia en las calles, la destrucción del bien común, y atenta contra la paz y la soberanía de Cuba”, señaló.
El también coordinador del Capítulo Perú de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH) preguntó si Vargas Llosa tiene algún predicamento político en el continente después de tantos desaciertos, tanta miopía política, tanto desamor de su parte en relación a los pueblos latinoamericanos.
El poeta añadió que tal actitud la mantiene “en especial contra el pueblo cubano que heroicamente soporta agresiones, bloqueos y atentados como los que él alienta hoy en día y la verdad es que no sólo nos abruma sino que despierta muchas sospechas».
Sobre los aprestos de una jornada de desestabilización en Cuba el próximo lunes, declaró que “confiamos en la sabiduría y en el sentido de pertenencia del pueblo cubano: No caerá en las provocaciones de los agentes imperialistas”.
“Para un 15-N, promovido por la administración norteamericana que preside Biden con un tufillo en modo Trump, habrá un soberano, contundente y cubanísimo: Siempre es 26 de julio”, dijo.
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