La demanda tiene como antecedente la resolución aprobada el viernes último durante la 51 asamblea de ese organismo, tras las elecciones generales celebradas el 7 de noviembre en el país centroamericano para la elección del presidente, vicemandataria y diputados.
En la reunión, los diputados rechazarán la medida, considerada como una clara falta de respeto a la independencia y autodeterminación del pueblo y emitida por un organismo calificado a nivel internacional como “una especie de ministro de colonia del imperio yanqui”.
El rechazo enérgico y rotundo de todos los poderes estatales a esa acción irrespetuosa e injerencista constituirá el comienzo del proceso de desvinculación de la carta constitutiva de la OEA, creada en 1948, inicialmente, con el propósito de mantener la paz, justicia, solidaridad, colaboración y defensa de la soberanía.
La declaración de inconformidad incluirá el rechazo a las actitudes violatorias y de intromisión en los asuntos internos de Nicaragua y la exigencia de respeto a las decisiones adoptadas por ese país, en especial, la victorial electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Los estatutos de la Organización de Estados Americanos establecen que el margen de tiempo determinado para el abandono de la entidad es de dos años y, durante ese periodo, la nación renunciante posee los mismos derechos y obligaciones de cualquier miembro, en cumplimiento del artículo 143 de la mencionada carta.
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