La convocatoria a manifestaciones contrarrevolucionarias y anticomunistas el 15 de noviembre fue una clara continuación de las provocaciones contra la mayor de las Antillas y su pueblo trabajador, sentencia una declaración divulgada aquí.
Cuba se defiende desde hace décadas de ataques e injerencias, así como de bloqueos y medidas económicas impuestas por las administraciones estadounidenses, añade el texto.
Más adelante la declaración señala que el gobierno cubano publicó en los últimos días gran cantidad de evidencias sobre cómo esas acciones estaban vinculadas y guiadas por instrucciones emitidas desde territorio norteamericano.
Pretendían crear las condiciones para la desestabilización, organizar ataques y allanar el camino para la intervención extranjera, afirma el comunicado.
Por último, el texto apunta que las agresiones orquestadas y financiadas por Estados Unidos con el objetivo de derrocar al socialismo en Cuba tienen una larga historia.
«Estamos convencidos de que la isla, con la bandera enarbolada de la resistencia, una vez más derrotará a la contrarrevolución”, asevera.
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