Las autoridades del Servicio Penitenciario israelí (IPS, por sus siglas en inglés) ubican a criminales junto a nosotras para causarnos molestias, destacó la también miembro del Buró Político del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en una entrevista concedida al medio noticioso Quds Press.
Durante la pandemia de la Covid-19 el IPS aprovechó el brote para cancelar las visitas durante más de nueve meses, criticó la dirigente de 58 años.
Jarrar detalló que también restringen deliberadamente los derechos de las reclusas al colocar cámaras de vigilancia en el patio exterior de la prisión Al Fora para limitar su privacidad.
La cantidad de aire que ingresa a las celdas es limitada y las duchas están fuera y por tanto cuando nos castigan nos quedamos días sin bañarnos, relató.
Sin embargo, aseguró que fracasarán “todos los intentos de la ocupación de silenciar nuestra voz e intimidarnos para que no hablemos sobre los crímenes contra nuestro pueblo”.
Sobre su experiencia personal recordó que durante su último arresto murió su hija y en el anterior su padre.
El momento más difícil fue cuando falleció mi hija Suha en julio último, las autoridades penitenciarias impidieron que asistiera al funeral, afirmó.
En septiembre la dirigente del FPLP fue liberada tras pasar dos años encarcelada.
Miembro de la directiva del FPLP, Jarrar fue elegida en 2006 para el Parlamento palestino y luego presidenta de la Comisión de Presos de ese órgano legislativo.
En marzo de 2021 fue condenada por pertenecer al Frente, pero fue liberada en septiembre porque la mayor parte de su sentencia ya la había cumplido en el periodo previo al juicio.
Tel Aviv considera al FPLP un grupo terrorista, al igual que al resto de las formaciones palestinas que luchan contra la ocupación y en favor de la creación de un Estado nacional.
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