El director de la institución y miembro de la Academia de Ciencias de Rusia, Aidar Ishmujamétov, explicó que de esa forma sería más viable para determinados países y “a la Organización Mundial de la Salud (OMS) le gusta tratar con formas multidosis”, dijo.
El Centro desarrolló su propia vacuna de virión completo inactivado CoviVac, a base de virus debilitados de manera artificial, que les impide trasmitir la enfermedad, o virus que fueron eliminados.
Según el especialista, la experiencia con la fiebre amarilla mostró que, en ocasiones, se necesitan 10 dosis y, al mismo tiempo, la inmunización se lleva a cabo en grandes masas de población, reportó la agencia de noticias TASS.
Acerca de la eficacia de las vacunas a base de la cepa alfa contra la delta del patógeno, Ishmujamétov explicó que todavía no existen estudios epidemiológicos profundos sobre este tema.
En agosto, el Centro Chumakov modernizó su producción del inmunizante contra el coronavirus CoviVac con la instalación de nuevos reactores bioquímicos con mil litros de capacidad, lo que le permitió aumentar la producción del fármaco.
Su director señaló además que la institución rusa desarrolla otras dos vacunas, CoviVac delta mono y CoviVac combi, para prevenir la Covid-19 basadas en la cepa delta.
“Nos inclinamos más por la segunda versión y estamos a la espera de que el sistema normativo decida cómo se hará el registro”, apuntó Ishmujamétov.
mem/mml