Las acciones de esas bandas son la más reciente jaqueca de las autoridades enfrentadas, además, a la insurgencia de dos grupos armados islamistas, Boko Haram y su desprendimiento Estado Islámico en la Provincia de Africa Occidental, y choques entre granjeros cristianos y animistas con ganaderos fulani de confesión musulmana.
Lo que experimentamos es una guerra (y por ello) les pido que sean brutales, maten a los bandidos y les quiten sus armas, señala la orden del jefe castrense en el texto publicado por medios de prensa locales.
Admitió al respecto que hay desafíos en toda la nación y que en el camino “puede haber sorpresas, pero las superaremos con unidad”.
Los ataques sorpresivos de las bandas armadas en los últimos meses causaron la muerte de casi dos centenares de civiles inermes, entre ellos menores, en su mayoría sorprendidos cuando laboraban en sus tierras.
Semanas atrás el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, emitió un comunicado en el cual prometió erradicar las bandas de delincuentes que actúan con cierta impunidad en el norte y el noroeste de este vasto país primer productor africano de petróleo, pero hasta el presente no ha podido hacer bueno su compromiso.
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